Hay dolor en mi llegada
arrastrando cantos finales
ceniza de antiguas manos
el frio de las camisas recién olvidadas
mordida esta mi alma
desangrando memorias
sobre la falda musical de la bailarina
dibujando música en el aire
en esta hora suprema en que los ángeles
caen de la almohada con palabras ya dichas
te entrego al dolor de mi huida
a la voluntad acerada de vientres
al tráfico de luces que alguna vez fuimos
que vengan las hojas a cubrir los resabios
de
los consagrados espacios en que nunca estuve
que caiga el llanto sobre mi eterna llegada
que caiga
en la soledad que está abriendo la puerta.